Se nos solicita decir algo, como juego de palabras: “Algo de Olga”.
Es una veterana –con todo respeto- nerd, y me explico: Siempre cumple, siempre anda por ahí, todos sabemos que hasta donde no la llaman, es de “esas” que en el salón siempre dicen “presente”.
La miss Olga tiene esa maravilla colgada de cualidad (aparte de sus 60); siempre está presente. Si acaso se le olvida algo tiene bajo la manga un sinúmero de justificantes… y sí, siempre válidos. Olga no de tregua, si le preguntas 4 x 8 te suelta el origen de las tablas pasando inexorablemente por las tablas de los mandamientos según San Mateo y no precisamente su primer nieto…y le sigue…
Olga está. Uno nunca se pregunta si andará por ahí o por allá, siempre está. Y sabe estar, aclaro: no se sabe estar, siempre está y cuando está lo sabe todo..casi todo.
A Olga se le puede adoptar, nosotros la adoptamos como la abuelita michoacana de mis hijos, hasta que llegó Mateo luego Lucía y luego la Ma Fernanda.. ni qué reclamar… hay preferencias, uno lo entiende.
Olga es práctica, no le vayan a decir nunca que no, porque es necia, también.
Su casa -que es la casa de todos- siempre abierta y siempre con lasagña congelada en el refri, no sabe hacer café porque afortunadamente no toma, ni toma nada importante, también afortunadamente. Imposible pensarse a una Olga subidita de copas abrazada al hombro de alguien diciendo: “esdeque yo te quieroo y te respeto y vales mil y Dios te bendiga siempresss” no, imposible ¡!
Olga es creyente y ha sido fiel a sus creencias. Esto es admirable porque entre sus múltiples actividades está en la de insistir en el buen camino, el buen Pastor y otros. Olga desea el bien.
Yo solo cumplo 18…de conocerla, casi un tercio de ambas vidas y me congratulo de su presente presencia constante. A Fernando mi profunda admiración envidiosa porque habrá que aceptar que buena pierna sí que también tiene.
A sus hijos que les puedo decir de la enorme complicidad, amor y cariño que tenemos en común, que de por ahí les cae inexorablemente.
Besos muchos y abrazos siempre admirados.
Vicente Guijosa