MARTA BENITO DE ARIAS

Querida Olga:

Me alegra saber que al fin has llegado a la tercera edad, no creas que con esto se te va a calmar el carácter, te lo digo por experiencia, pero al menos gozarás de las ventajas de los descuentos y quizá de un poquillo más de respeto cuando presentes tú tarjeta del INAPAM.

Hace 44 años te conocí, te recuerdo luciendo la minifalda, alegre, hablando fuerte y como siempre, enamorada de Fernando, jóvenes ambas, con un carácter que no nos ha dejado, ni hemos dejado en paz a los demás, siendo las primeras en entrar a la querida Fam. Arias, compartiendo múltiples momentos, bodas, nacimientos, bautizos, primeras comuniones, otra vez bodas y el círculo continúa.

Te veo siempre dispuesta, no dudando en organizar las comuniones de los hijos, campamentos en el rancho, recibiendo a todos en tú casa, sin poner jamás un pero, no olvido la lata y sustos que te tocaron vivir con un Carli noviero, desvelado, etc., él siempre sintió que la casa de Fer y Olga era la suya, lo alimentaron y cuidaron, esto no se olvida.

Más adelante compartimos la dicha de cuidar a Doña Lolis, inolvidable suegra de 7 nueras y 2 yernos, que nos dejó una insuperable lección de vida, así también recuerdo a Don Pedro, presente en los momentos importantes de nuestra vida, siempre prudente y encantador. A lo largo de todos éstos años has sido mi cuñada, amiga, compañera en las alegrías y penas y para cerrar con broche de oro, la abuela de tres nietos adorables que son muy importantes en la vida de mis pequeños, como dice Iker "Mateo es mi mejor amigo", gracias por permitir que hoy nuestros nietos se reúnan en Tzintzuntzan, así los lazos se vuelven a estrechar, como ocurrió con nuestros hijos. ¡Mil felicidades!, has sabido aprovechar éstos 60 años y estoy segura de que aún nos falta mucho camino por recorrer juntas.

Te quiere,
Marta