Muy querida Olga:
Cumplir sesenta años rodeada del cariño de la familia es un privilegio que hay que agradecer.
Nuestra amistad nace en el CEM, (una deuda más con esta maravillosa escuela), había que sacar adelante un proyecto que pintaba ser importante para Morelia y muy importante para Fausto y para mí pues eso implicaba que Mariano y Teresa pudieran continuar en la escuela que habíamos decidido era la mejor para ellos.
En esas andanzas fue como realmente nos conocimos, coincidíamos en lo que queríamos y en las formas y los contenidos nos identificamos.
Partíamos en nuestro Herradura de Plata de Morelia a la ciudad de México, muy cómodas en pants recorríamos el trayecto organizando las visitas que haríamos en México y resolviendo como presentar el proyecto y como abordar a los que nos recibirían. Una vez que nos acercábamos a la ciudad, como podíamos, cambiábamos los cómodos pants por nuestro trajecito decente para ver a los picudos directores de empresas de las que aspirábamos poder conseguir un donativo. Así tuvimos encuentros maravillosos como Julio Trujillo de Condumex o enfrentonazos como la visita a Carlos Slim, fue que en medio de una amplia discusión acerca de la educación del medio ambiente no nos concedió ningún donativo. Así iniciamos las solicitudes no solo económicas sino también de eventos para la escuela como fue la visita de Miguel Alemán para conmemorar el día mundial del agua.
Pasó el tiempo y la vida nos volvió a acercar, ahora como vecinas de Tzintzuntzan y volvimos a convivir para colaborar y sacar adelante otro proyecto importante: la restauración del convento de Tzintzuntzan, un proyecto que nos ha llenado de alegrías pero que también nos hizo vivir sinsabores. Sin duda que aquellos proyectos que mas cuestan son los que mas apreciamos y nos llenan de satisfacciones. Hoy afortunadamente podemos ver los logros que se han obtenido y aunque aun falta mucho, podemos sentirnos llenas de alegría.
Olga querida, tener una amiga como tú, cariñosa, fiel, ha sido para mí una experiencia maravillosa que me ha aportado mucho y me ha dado fortaleza especialmente en esta enfermedad. Aunque no estamos en la misma ciudad y poco nos vemos, tu cercanía, tu cariño, tus palabras de aliento, tus regalos, recordar nuestras andanzas, el saber que allí estas siempre para platicar, para tener unas palabras siempre atinadas, para echar chal, para reírnos y disfrutar de los recuerdos, para seguir haciendo planes, es algo que me llena de fortaleza y entusiasmo para enfrentar lo que la vida me tenga en el camino. Sin duda que una enfermedad puede ser una carga ligera cuando se cuenta con el cariño y el apoyo de una amiga. Gracias Olga, gracias por todo lo que hemos compartido, gracias por estar conmigo!!!!!!