GABI FERNÁNDEZ

Olguísima querida:

¿Te acuerdas de las clases de yoga con Shanti? ¿y de los “puntitos” que iba a darle a Feris cuando estaba malito del hígado?, tenía como 7 años ¿no? ¡Pobre! le dolía mucho, no le caía yo nada bien, que bueno que ¡ya me perdonó!.

Unos añitos después comenzamos la maravillosa aventura del CEM y desde entonces somos hermanas ¿verdad?

¡Qué tal tu primer viaje a Maruata! Creo que fue con el grupo de Maite y Ne (hagan cuentas, estaban en 5º de primaria). Todo era demasiado agreste para ti. La primera noche me preguntaste cómo ir al baño y te di toda la explicación de la pala el papel y la linterna, casi me da un ataque cuando volteo y a lo lejos en la playa oscura veo una lucecita y ¡¡¡dos pompas desnudas!!! ¡No se me ocurrió aclarar que había que apagar la linterna antes de ponerse en posición! Y ¿qué tal la noche que no te podías dormir hasta que sacara yo a una araña de la casa de campaña?, yo te alegaba que estaba en el techo que te durmieras pero bueno, creo que tenías algo de razón al argumentar que ¡teníamos el techo de la casa de campaña a 50 cm de la cara! Mis respetos Olguísima, no sólo sobreviviste el viaje, creo que hasta lo disfrutaste y fuiste de mucha ayuda.

En estos más de 30 años de conocernos obviamente hemos compartido vacas flacas y gordas. Cuando las flacas de los Bátiz Fernández las rondas las hacías tú y ni sentí no tener coche; cuando las flacas fueron de los Arias Sánchez espero que tú tampoco hayas extrañado mucho el coche. ¿Qué tal las clases de baile con Rocío en casa de Magui preparando tus 40? y ni qué decir del fabuloso viaje a casa de Tilos y Juan en Zicatela. Has tenido un gran poder de convocatoria y me atrevo a hablar por las amigas que compartimos contigo esos momentos, todas lo disfrutamos mucho, sí, festejábamos tu cumpleaños pero fueron riquísimos momentos para pasarla entre amigas fortaleciéndonos y compartiendo gozos y preocupaciones, momentos para crecer juntas. Nunca se me va a olvidar un día (de vacas flacas para los de Paraguay 3) que al llegar a la casa y abrir el refri me encontré con un pollo, verduras de todo tipo y varias cosas más que no había yo comprado. Cuando le pregunté a Alicia (¿te acuerdas de ella?) de dónde había salido todo eso me dijo que lo había llevado la Señora Olga. ¡Híjole Olguísima no sabes lo afortunada que me siento al tenerte como hermana! Esa fue sólo una de las muchas veces que has estado presente cuando más te he necesitado. Siempre me has hecho sentir que cuento contigo en todo momento y esa no es una cualidad fácil de encontrar. Ojalá que tú también sepas que cuentas conmigo.

Hoy estuvieron un ratín en mi casa Feris y David, les toqué la puerta a Ana y a Miguel para que vinieran también a platicar un rato. Saqué unas fotos de un fin de semana en el rancho, cuando acabada de llegar Manuel de Cuba ¿te acuerdas?, cuando Magui nos platicó la anécdota de su vecina de cuarto de hotel con el dolor de muela, bueno, el chiste es que mientras las veíamos platicamos de lo rico que la pasábamos todos juntos con los hijos de esas edades. Ahora es un gozo verlos hijos formando sus propias familias ¿verdad? ¡Qué maravilla disfrutar ahora a los nietos que están todos tan hermosos! ¡Gracias Olga por ser parte de mi vida!

Algo que siempre he admirado de ti es tu apertura para seguir aprendiendo. Espero seguir aprendiendo junto a ti muchos años, me encanta que nuestras vidas sigan entretejidas y ¡nos vemos en el festejo de los 70!